La industria del gas ha gastado miles de millones de dólares década tras década vendiendo la mentira de que su producto es limpio. Nosotros sabemos la verdad: el gas “natural” está causando el cambio climático – su contaminación total de gases de efecto invernadero es peor que el carbón.
El metano es un gas de efecto invernadero extremadamente contaminante, hasta 80 veces más potente que el dióxido de carbono.
Millones de toneladas de gas metano se escapan de la infraestructura de combustibles fósiles de Estados Unidos cada año. Los perforadores irresponsables lo liberan en el aire en los pozos de fracking (fracturación hidráulica), mientras que las empresas no han podido mantener en buen estado millones de millas de oleoductos decrépitos que atraviesan el país. Y el gas tiene fugas incluso desde los electrodomésticos en nuestros hogares y edificios, aún cuando están apagados.
La contaminación por metano está peor que nunca y los combustibles fósiles como el gas y el carbón son los culpables.
Reducir la contaminación por metano de los combustibles fósiles es una de las formas más fáciles, económicas y efectivas de frenar el cambio climático. Pero la industria del gas, que ayudó a crear la
