Millones de estadounidenses que usan gas para calentar sus hogares están pagando facturas mensuales altísimas, mientras los ejecutivos de la industria obtienen ganancias récord exportando gas estadounidense al mejor postor y el clima extremo provocado por la crisis climática interrumpe nuestros sistemas de energía que dependen de los combustibles fósiles. El viento y el sol no suben de precio. Mientras sigamos dependiendo de un producto básico volátil como el gas, siempre estaremos en riesgo de aumentos repentinos de precios y aumentos exorbitantes por parte de los ejecutivos adinerados de los combustibles fósiles.